jueves, 27 de junio de 2013

LA HISTORIA DEL CONSOLADOR:



Desde épocas muy lejanas los seres humanos han usado juguetes sexuales para gozar más del sexo. "El dildo y los vibradores" son un buen ejemplo.
La palabra "dildo" está descrita en el Diccionario Webster como "un objeto que hace de substituto del pene para la penetración vaginal". Algunos creen que se deriva de la palabra italiana "diletto" que significa complacer. Sin embargo, los dildos se usaban ya en la Antigua Grecia, cuando las mujeres solteras usaban el "olisbos", un substituto del pene hecho de madera y que lubricaban con abundante aceite de oliva. Los asiáticos también utilizaban juguetes sexuales por lo menos desde hacía 1000 años.
El dildo moderno es el vibrador. Sin embargo este no aparece sino hasta después que el uso de la electricidad se extendió a finales del siglo diecinueve. Curiosamente, su aparición original fue como instrumento médico, el cual se usó por casi 30 años.



Los vibradores se usaron ampliamente en el mundo médico en la década de 1890, cuando hubo una "epidemia de Histeria" entre las mujeres occidentales. Los síntomas de esta enfermedad, que en el pasado los médicos griegos describieron como el "útero ardiente", fueron múltiples, hasta el punto que cualquier forma de comportamiento extraño en las mujeres se consideraba histeria. La ansiedad, irritabilidad, fantasías sexuales o una"excesiva lubricación vaginal" se consideraban los primeros síntomas de la enfermedad. Se consideraba que el origen de la histeria era simplemente el resultado de la frustración sexual femenina.
Durante el siglo diecinueve a las mujeres que sufrían de histeria los médicos les masajeaban el clítoris hasta producirles un "paroxismo histérico", que hoy simplemente denominamos "Orgasmo". Esta había sido la práctica generalmente aceptada por más de mil años. Pero en la década de 1880, esta práctica médica se volvió en muchos casos tediosa y el médico británico Joseph Mortimer Granville patentó un aparato electromecánico de forma fálica como instrumento terapéutico para efectuar el "masaje pélvico" en forma más fácil, rápida y limpia.
Naturalmente que el masaje pélvico no curaba la histeria, y las pacientes tenían que recibir tratamiento médico periódico. No había que hacer mucho esfuerzo para pensar que en la época Victoriana las mujeres iban donde los médicos a obtener el placer que no recibían en sus casas y que esta práctica se consideraba socialmente aceptable. Puesto que el uso del vibrador era sobre el clítoris y externo a la vagina, se concluía que no había contacto sexual y que el procedimiento era puramente médico. Ciertamente, causaba más controversia que el uso del vibrador, la introducción del especulo y muchos años después el uso del tampón.
En un libro de 1883 titulado "Salud para Mujeres", su autor recomendaba los nuevos vibradores para tratar la "hiperemia pélvica," o congestión de los genitales. Los vibradores eran operados con corriente eléctrica, baterías, pedal, turbina de agua,aire a presión o motor a gas y parecían más un equipo pesado de ingeniería. Tenían velocidades que iban desde 1000 a 7000 pulsaciones por minuto y su precio, en 1904, variaba entre quince y doscientos dólares según el modelo. Sin embargo, en 1905 los vibradores ya eran más pequeños y económicos e incluían varios aditamentos para otros usos domésticos como la batidora. De hecho, el vibrador fue el quinto artículo para el hogar en ser electrificado, después de la máquina de coser, el ventilador, la cafetera y la tostadora y precedió en no menos de diez años a la aspiradora y a la planchadora de ropa, pues sus fabricantes seguramente se ajustaron a las prioridades de los consumidores de su época.
En la mitad del siglo veinte, los dildos y vibradores comenzaron a aparecer publicitados en las revistas y catálogos femeninos como "instrumento para la tensión y la ansiedad femenina". La cadena de almacenes Sears Roebuck, describió en sus catálogos de venta por correo a estos juguetes como "una ayuda que toda mujer sabrá apreciar". Su uso se estimuló como una forma de mantener a las mujeres relajadas y contentas.
La feminista y terapista sexual Betty Dodson, dice haber sido la primera feminista en recomendar a las mujeres el uso del vibrador para auto producir orgasmos mediante la estimulación del clítoris. Dodson ha dictado con éxito talleres sobre la masturbación femenina con vibradores durante más de 25 años.


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